Pepe como a él le gustaba que lo llamarán, era un hombre que siempre tenía una sonrisa y un consejo para motivar a los demás a lograr sus sueños y metas. Amante del gimnasio, las motocicletas y musclecars. Su partida deja una herida incurable a toda la familia, con la cual tratamos de vivir, pero nos consuela el saber que una parte de Pepe está dando otra oportunidad de vivir a otras personas. Siempre lo llevamos en el corazón y porsupuesto en la memoria recordando sus consejos, risas y bellos momentos vividos. ¡Hasta siempre Pepe!